El mundo en que nos movemos
01 de noviembre de 2021

Sobre la robotización

La robótica es un territorio de gran impacto para la educación superior, no solo por su poder de transformación del mundo del trabajo para el cual las universidades gradúan y trabajan, sino también por su propia capacidad de alterar la misma forma en la cual los estudiantes pueden aprender.

Se estima que en Argentina hay una relación de 18 robots por cada 10.000 trabajadores manufactureros de todas las industrias, en comparación con una media mundial de 99 robots. Este indicador sitúa a nuestro país en una posición de bajo nivel de robotización laboral, no solo en comparación con los países que lideran esta tendencia, como Corea del Sur con 710, Singapur con 658 (84% de los cuales funcionan en la industria de la electrónica) o Alemania con 322, sino inclusive en comparación con otras países de la región, como México que posee 36 robots por cada 10.000 trabajadores.

La situación despareja del índice de robotización entre los países también se verifica entre las industrias, con la automotriz (+22% en comparación con el año anterior) y la de la electrónica (+33% vs 2016) liderando el crecimiento y la expansión de un fenómeno que provoca tanto estupor y asombro, como rechazos y cuestionamientos. Esto dice la fotografía.

Al observar la película se observa que, desde el año 2003 hasta la fecha, la venta mundial de robots se multiplicó casi por cinco, pasando de 81 mil unidades por año a 382 mil en 2017, y se estima que dicho valor alcanzará un nivel cercano al millón de ventas mundiales para el año 2025, sosteniendo una tasa anual compuesta de expansión mundial del 19%. Las estadísticas se pueden consultar en informes de descarga gratuita que publica regularmente la Federación Internacional de Robótica.

El panorama, en Argentina, pero también en la región, es claro: los robots y la automatización del trabajo avanza en todo el mundo, a tasas chinas, aún en los países con bajos niveles de automatización de sus sistemas de producción. En un trabajo publicado por el BID en colaboración con los Bancos de Desarrollo de África, Asia y Europa, se señala en una pequeña nota al pie que aproximadamente el 53% del tiempo dedicado al trabajo en Colombia y Perú, y cerca del 50% del tiempo en Argentina, Brasil, Chile y México podría ser automatizado en el mediano plazo. La tasa anual compuesta de crecimiento de las ventas de robots en la región para los últimos años alcanza el 12%.
¿Qué será del ser humano en un mundo dominado por los robots, la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo generado por máquinas y algoritmos?, se preguntan unos y otros. ¿Cuánto espacio de práctica profesional queda para un médico, un abogado o un periodista, pero también para un chofer, un obrero fabril o un oficinista? ¿Acaso todas nuestras profesiones tienen los días contados, poseen fecha de vencimiento?

Si bien existen un sinnúmero de investigaciones que actualmente intentan predecir el grado de ‘vulnerabilidad’ de cada trabajo y profesión frente a la automatización y reemplazo por máquinas inteligentes, es difícil tomar a alguno de ellos como definitivo. El mundo actualmente posee su propia grieta, enfrentando a tecno optimistas con tecno pesimistas, intentando echar luz a un horizonte próximo novedoso de contornos borrosos, caracterizado justamente por la imposibilidad de predecir en su configuración y balance final entre máquinas y humanos, entre fríos algoritmos y sensibles corazones. A pesar de ello, resulta bastante sensato suponer que la invasión de máquinas y sistemas robotizados alimentados por inteligencia artificial seguirá ocurriendo a tasas de doble dígito, y su interacción con el ser humando tenderá a intensificarse a niveles nunca antes vistos.